Los supervivientes de cáncer infantil están ganando su batalla contra la enfermedad, pero muchos se enfrentan a un nuevo reto: la lucha contra el envejecimiento acelerado que conllevan sus tratamientos para darles vida.
Según investigaciones recientes, este envejecimiento acelerado puede provocar problemas de salud típicos de los adultos mayores, no solo la sensación de envejecer.
«Descubrimos que todos los sobrevivientes de cáncer infantil, independientemente de su diagnóstico o exposición a la radiación, experimentan un envejecimiento acelerado y se prevé que desarrollen afecciones relacionadas con la edad mucho antes que la población general», declaró Jennifer Yeh, profesora de pediatría en la Facultad de Medicina de Harvard, a The Epoch Times.
Mientras que las personas mayores de 60 años están acostumbradas a manejar una serie de problemas de salud como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales o pérdida muscular relacionada con la edad, las personas de entre 20 y 40 años no suelen enfrentar estas preocupaciones. Sin embargo, esto crea un problema, dice la Dra. Lisa Diller, oncóloga y directora del estudio, que es médica en el Instituto Oncológico Dana-Farber y en el Hospital Infantil de Boston.
Los supervivientes pueden perder la oportunidad de recibir atención preventiva, explicó, porque estos exámenes de detección suelen recomendarse a edades mucho más avanzadas, aunque la intervención temprana podría ayudar a controlar estas afecciones de salud.
Experimentar la vejez en la mediana edad
Publicado en JAMA Oncology el 20 de marzo, el estudio de Harvard descubrió que el 20 % de los supervivientes de cáncer infantil desarrollan enfermedades como problemas cardíacos, cáncer o derrames cerebrales a una edad promedio de 47 años, casi 18 años antes que las personas sin antecedentes de cáncer debido al envejecimiento acelerado. En promedio las personas empiezan a experimentar estos problemas de salud a los 65 años.Los investigadores afirman que su estudio puede ayudar a los sobrevivientes de cáncer infantil a tomar decisiones de salud más informadas, ya que su proceso de envejecimiento difiere del de la mayoría de las personas.
«Nuestra capacidad para medir más de un resultado y predecir lo que sucederá en la edad adulta media y tardía es limitada», dijo Diller.
«Este estudio ofrece una imagen más completa de la salud de los supervivientes a lo largo de la vida», afirma Yeh, que desarrolló el modelo de simulación y es investigadora del Boston Children's Hospital. También ofrece una visión más realista que los estudios anteriores, que se centraban en los riesgos a corto plazo o en una sola enfermedad, señala.
Los investigadores de Harvard utilizaron un modelo de simulación y datos del Childhood Cancer Survivor Study y de bases de datos nacionales para simular las proyecciones de envejecimiento de los supervivientes de cáncer infantil.
A los 65 años, se espera que más de la mitad de los supervivientes de cáncer infantil desarrollen al menos una enfermedad crónica, como una cardiopatía, o cánceres secundarios como el de mama (en supervivientes tratados con radiación), sarcomas (cánceres en los tejidos conectivos del cuerpo como músculos y huesos) o tumores cerebrales. Esto representa casi tres veces el riesgo en comparación con sus pares sin cáncer, lo que aumenta sus posibilidades de enfermedad prematura, discapacidad e incluso muerte prematura.
Los tratamientos pueden acelerar el envejecimiento
Los supervivientes que fueron tratados con radiación, un tratamiento que antes era común para el cáncer infantil, desarrollaron problemas de salud como enfermedades cardíacas, cáncer o derrames cerebrales incluso antes —unos 22 años antes que aquellos que no tienen cáncer.Sin embargo, el estudio también destacó que los supervivientes que no recibieron radiación seguían en riesgo de padecer estas afecciones de aparición temprana. Los supervivientes de leucemia infantil, por ejemplo, siguen en riesgo de envejecimiento acelerado, independientemente de si fueron tratados con radiación, según el estudio.
Históricamente, todos los niños con leucemia recibían radiación craneal para prevenir la recurrencia del cáncer en el cerebro, dijo Diller. Sin embargo, con el tiempo, los médicos se dieron cuenta de que este tratamiento causaba importantes problemas cognitivos a largo plazo y problemas de función ejecutiva. Como resultado, el uso de la radiación ha disminuido drásticamente en los últimos años.
Sin embargo, los niños tratados por leucemia sin radiación siguen experimentando un envejecimiento acelerado, con problemas de salud que aparecen unos 10 años antes de lo esperado. Según los investigadores, esto sugiere que los propios tratamientos —ya sea la quimioterapia o la experiencia del cáncer— contribuyen a los riesgos para la salud a largo plazo, no solo la radiación.
Aunque el estudio no exploró las causas exactas del envejecimiento acelerado, las investigaciones muestran que los tratamientos contra el cáncer pueden acelerar cambios en el cuerpo, como el debilitamiento de las células y la reducción de la capacidad de renovación de células importantes, lo que conduce a un envejecimiento biológico más rápido.
Los hallazgos de Harvard respaldan un cambio en la política sanitaria: los supervivientes de cáncer infantil necesitan atención sanitaria personalizada en la edad adulta e intervenciones tempranas para gestionar los riesgos para la salud que aparecen antes de lo esperado. Este enfoque se centraría en prevenir, gestionar y controlar las enfermedades crónicas que surgen prematuramente como resultado de los tratamientos contra el cáncer.
Yeh afirmó que sus hallazgos sugieren que los supervivientes deberían comenzar a realizarse pruebas de detección tempranas para enfermedades como el cáncer de mama, el cáncer de colon y las enfermedades cardíacas y considerar tratamientos preventivos como el tamoxifeno, utilizado para reducir el riesgo de cáncer de mama, o los betabloqueantes para proteger el corazón.
Los expertos también recomiendan cambios en el estilo de vida para controlar estos riesgos, como hacer ejercicio con regularidad, llevar una dieta saludable y limitar el consumo de alcohol.
Diller señaló la importancia de que los sistemas sanitarios integren la atención a los supervivientes a largo plazo en la atención sanitaria rutinaria. Como explica, estos supervivientes necesitan apoyo continuo para hacer frente a los efectos inmediatos y a largo plazo de su tratamiento contra el cáncer.
«Podría interpretarse que su edad real es más bien de 50 ó 60 años, dependiendo de los efectos tardíos que se estén observando», dijo Diller. «Todo su avance es de 10, 15 ó 20 años
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