El asesor de la Casa Blanca, Elon Musk, desestimó las preocupaciones sobre posibles conflictos de interés, afirmando que estaba bajo un intenso escrutinio, mientras que su trabajo en el gobierno en realidad perjudica a sus empresas.
Durante el episodio del 28 de marzo de “Special Report”, el presentador de Fox News, Bret Baier, destacó el liderazgo de Musk en SpaceX y Starlink, ambas compañías que han firmado contratos con el gobierno federal. Baier le pidió a Musk que explicara al público “que no hay un conflicto de interés en cómo actúas o lo que estás haciendo, ni en los contratos que estás obteniendo con el gobierno”.
Musk respondió afirmando, en parte, que “no hay una sola acción que pueda tomar sin que sea examinada minuciosamente desde todos los ángulos.” Añadió que estar en el gobierno le impide hacer cabildeo para obtener “cosas que beneficien a mis empresas y que probablemente conseguiría”.
Entre quienes examinan la participación de Musk en la administración se encuentran demócratas del Congreso como las senadoras Elizabeth Warren (D-Mass.) y Adam Schiff (D-Calif.).
“Poner al Sr. Musk en una posición para influir en miles de millones de dólares en contratos gubernamentales y en la aplicación de regulaciones sin un acuerdo estricto de conflicto de interés es una invitación a la corrupción a una escala no vista en nuestras vidas”, dijo Warren en una carta del 16 de diciembre al presidente Donald Trump.
Más recientemente, Schiff cuestionó si Musk violó un estatuto penal de conflicto de interés. En una carta del 10 de febrero a la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susan Wiles, Schiff dijo: “A menos que usted u otro alto funcionario de la Casa Blanca, en consulta con la Oficina de Ética Gubernamental, hayan proporcionado una exención por escrito antes del nombramiento del Sr. Musk como empleado especial del gobierno, el Sr. Musk podría haber violado el estatuto penal federal de conflicto de interés al realizar actos de otro modo prohibidos por la ley”.
Schiff, Warren, otros cinco senadores y el miembro de mayor rango del Comité Judicial de la Cámara, Jamie Raskin (D-Md.), enviaron a Musk una carta en febrero instándole a hacer públicos sus documentos de divulgación financiera.
Afirmaron que, sin más información, “el pueblo estadounidense no tiene forma de evaluar completamente sus conflictos de interés, la medida en que esos conflictos pueden influir en su agenda dentro de la Administración Trump, ni las maneras en que sus intereses financieros colisionan con el interés público”.
La entrevista de Musk se produjo en medio de una avalancha de demandas contra su Departamento de Eficiencia Gubernamental, preocupaciones sobre sus intereses empresariales y una serie de acciones de las fuerzas del orden en respuesta a ataques contra propiedades de Tesla. Recordemos que Musk es el director ejecutivo de Tesla, que diseña y fabrica vehículos eléctricos.
El FBI, el 21 de marzo, emitió un aviso de servicio público sobre “incidentes a nivel nacional que afectan a vehículos eléctricos de Tesla (EV), concesionarios, lotes de almacenamiento y estaciones de carga”.
Se informó que los incidentes relacionados con los EV de Tesla “han involucrado incendios provocados, disparos y actos de vandalismo, incluidos grafitis que expresan agravios contra aquellos que los perpetradores perciben como racistas, fascistas o adversarios políticos”.
Musk dijo a Baier el 28 de marzo que sus empresas "están sufriendo porque estoy en el gobierno”.
Trump dijo el 26 de marzo que Musk “nunca me ha pedido un favor en asuntos de negocios, de ninguna manera. De hecho, me sorprende un poco. Podría hacerlo, podría no hacerlo. Yo hago lo correcto, y él querría que yo hiciera lo correcto”.
En febrero, Trump afirmó que no permitiría “que existiera ningún conflicto de interés” y “nada relacionado, posiblemente incluso con temas del espacio; no permitiremos que Elon participe en eso”.
Con información de Zachary Stieber y Jacob Burg.
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