El Departamento de Defensa inició un nuevo esfuerzo para identificar las fuentes de revelaciones no autorizadas de información sensible y clasificada, convirtiéndose en el segundo departamento del poder ejecutivo que adopta medidas esta semana para frenar filtraciones de información.
«Las recientes divulgaciones no autorizadas de información de seguridad nacional que involucran comunicaciones confidenciales con altos funcionarios de la Oficina del Secretario de Defensa requieren una investigación inmediata y exhaustiva», anunció el 21 de marzo el jefe de gabinete del Pentágono, Joe Kasper, en un memorando difundido a todo el departamento.
En su memorando, Kasper solicitó al director de inteligencia de defensa encargado de contrainteligencia, fuerzas de seguridad y asuntos de seguridad que apoye a la Oficina del Secretario de Defensa en la búsqueda de quienes filtran información.
El jefe de gabinete del Pentágono no especificó qué tipo de información se divulgó en estas filtraciones recientes que motivaron esta nueva investigación, pero indicó que los investigadores elaborarán una lista completa de las filtraciones.
«La investigación comenzará de inmediato y concluirá con un informe para el Secretario de Defensa», escribió Kasper. «Este informe incluirá un registro completo de las revelaciones no autorizadas dentro del Departamento de Defensa y recomendaciones para fortalecer esos esfuerzos».
Kasper también indicó que los investigadores podrían utilizar el polígrafo durante las entrevistas para identificar a quienes hicieron las revelaciones no autorizadas. Añadió que el Pentágono remitirá para investigación penal a las personas sospechosas de realizar estas divulgaciones.
El anuncio de la investigación del Departamento de Defensa para detener las filtraciones se produjo poco después de que el Departamento de Justicia anunciara una investigación similar sobre filtraciones de documentos clasificados.
El vicefiscal general, Todd Blanche, anunció el viernes que el Departamento de Justicia investiga específicamente lo que denominó una «filtración selectiva de información de inteligencia inexacta, aunque clasificada» sobre el Tren de Aragua, una banda transnacional venezolana que el Departamento de Estado designó como organización terrorista extranjera el mes pasado.
La semana pasada, el presidente Donald Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar las deportaciones dirigidas a presuntos miembros del Tren de Aragua. Esta ley, raramente usada en tiempos de guerra, permite al presidente ordenar la expulsión de ciudadanos extranjeros de una nación o gobierno que esté en guerra declarada con Estados Unidos, o que haya participado en una invasión o incursión depredadora contra Estados Unidos.
En su proclamación invocando la Ley de Enemigos Extranjeros contra el Tren de Aragua, Trump afirmó que existe un nexo de coordinación entre el Gobierno venezolano y la banda.
Esta semana, The New York Times informó que un documento de inteligencia estadounidense filtrado en febrero evaluó con «moderada confianza» que el Tren de Aragua no coordina sus acciones ni recibe instrucciones del Gobierno venezolano.
Blanche afirmó que la filtración a The New York Times fue un acto con motivación política por parte de miembros del «Estado profundo» para debilitar los esfuerzos de Trump.
«La proclamación de Enemigos Extranjeros cuenta con el respaldo de hechos, leyes y sentido común, lo que demostraremos en los tribunales para luego expulsar de este país a los terroristas del TDA [Tren de Aragua]», añadió Blanche.
La semana pasada, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, anunció que su oficina comenzó su propia búsqueda para encontrar a los empleados de la comunidad de inteligencia que filtraron información o transmitieron mensajes obscenos y sexualmente explícitos en el canal de chat de alto secreto de la comunidad de inteligencia, Intelink.
«Las filtraciones por motivaciones políticas socavan nuestra seguridad nacional y la confianza del pueblo estadounidense, y no las toleraremos. Desafortunadamente, estas filtraciones son frecuentes y ocurren sin investigación ni consecuencias. Eso termina ahora», declaró Gabbard el 14 de marzo.
Con información de Tom Ozimek.
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