La revelación de un popular cantante taiwanés que recibió un trasplante de corazón e hígado en China hizo saltar recientemente las alarmas, ya que el régimen comunista chino es conocido por respaldar la sustracción forzada de órganos de forma generalizada.
Los críticos consideran que el respaldo de la celebridad al exitoso trasplante de órganos es un esfuerzo propagandístico para restar importancia a la sustracción de órganos de presos de conciencia por parte del régimen.
El cantante y compositor Lü Jianzhong, más conocido por su nombre artístico «Tank», que luchó durante la mayor parte de su vida contra un defecto cardíaco hereditario, apareció cinco meses después de su operación en una conferencia de prensa celebrada el 7 de abril en la que elogió a los médicos de China continental por lo que calificó de «operación perfectamente fluida». Ese mismo día publicó una extensa publicación en la red social china Weibo para poner al día a sus seguidores, en el que daba las gracias a China continental —su «madre patria»— por ser el «apoyo más incondicional» durante su crisis de salud.
Imágenes y videos del cantante taiwanés expresando su gratitud con una multitud de médicos chinos a su alrededor circularon rápidamente por internet, convirtiéndolo en la última figura pública en respaldar el sistema de trasplante de órganos de la China comunista.
Los medios de comunicación estatales chinos y los sitios web de los gobiernos locales amplificaron la noticia; muchos publicaron titulares que calificaban el caso de «primicia asiática», señalando la complejidad de la operación, agravada por la fragilidad del estado de salud de Lü.
Los elogiosos testimonios de los medios de comunicación estatales chinos contrastaron fuertemente con las reacciones de Taiwán, país natal de Lü, donde muchos cuestionan los motivos del entusiasmo.
Muchos taiwaneses, incluidos médicos, escribieron en las redes sociales sobre el caso, y algunos citaron el premiado documental «State Organs», que pone de manifiesto los crímenes de la sustracción forzada de órganos de presos de conciencia en China continental. La película se proyecta actualmente en cines de Taiwán.
«La forma en que China continental obtiene órganos humanos es problemática; esto es bien conocido internacionalmente», declaró a The Epoch Times Huang Shi-wei, vicepresidente de la Asociación de Taiwán para el Cuidado Internacional de Trasplantes de Órganos, organización sin ánimo de lucro dedicada a la ética médica.
Por lo tanto, no es de extrañar que el régimen chino promoviera una operación en la que participara una celebridad para dar credibilidad a su industria de trasplantes, afirmó.
«Mientras vayas a China para un trasplante de órganos, ayudarás al Partido Comunista Chino a promocionarlo, estarás agradecido y ayudarás al Partido a demostrar que es bueno», afirmó.
Torsten Trey, director ejecutivo de Médicos contra la Sustracción Forzada de Órganos, dijo que cree que el Partido Comunista Chino (PCCh) está convirtiendo la operación de Lü en un «escaparate comercial de trasplantes».
«Exhiben una operación 'normal' de trasplante de órganos y presentan a un paciente feliz para comercializarlo en Taiwán: 'Ya ves, China no es tan mala'», declaró a The Epoch Times.
El hecho de que el cantante taiwanés llame a China su patria, a pesar de la resistencia de Taiwán al control comunista, encaja perfectamente en la agenda del PCCh, dijo Trey, señalando cómo la noticia se difundió a través de muchas plataformas en Asia, tanto en chino como en inglés.
No hay forma de verificar las afirmaciones sobre los supuestos donantes de órganos
Hay poca información sobre el donante de órganos, aparte de las afirmaciones de que sufrió un traumatismo craneoencefálico grave y tenía muerte cerebral, un criterio para que proceda la donación de órganos.La mención del traumatismo craneal suscitó más preguntas entre los expertos.
«¿Cuál era ese traumatismo craneoencefálico grave?». preguntó Trey, aludiendo a la práctica pasada del régimen de extraer órganos de presos ejecutados, que varios exmédicos y trabajadores sanitarios chinos confirmaron a The Epoch Times.
«China tiene constancia de escribir 'traumatismo severo en la cabeza' como causa de la muerte cuando el pelotón de fusilamiento golpeaba a la víctima con una bala en la cabeza».
Huang dijo asimismo que las afirmaciones de China continental no le convencían. Incluso si se confirma que los órganos de Lü proceden de una fuente ética, tanto Trey como Huang cuestionaron su decisión de utilizar su marca y su fama para ayudar a promover un régimen conocido por asesinar a presos de conciencia con fines lucrativos.
«El PCCh creó una narrativa en torno a las fuentes de los órganos; siempre afirman que se trata de una muerte cerebral postraumática, pero nadie tiene forma de verificarlo», afirmó Huang.
The Epoch Times se puso en contacto con la agencia del cantante, con sede en China, para recabar sus comentarios, pero no recibió respuesta al cierre de la edición.
En 2022, dos investigadores identificaron en un trabajo conjunto publicado por la revista American Journal of Transplantation 71 documentos médicos chinos que demostraban que los médicos extraían órganos de personas para trasplante sin realizar una prueba para confirmar su muerte cerebral. Los investigadores dijeron en ese momento que sus hallazgos significaban que los médicos chinos estaban efectivamente matando a estas personas.
China no estableció un sistema nacional de donación y distribución de órganos hasta 2015. Aun así, incluso después de eso, un estudio de 2019 descubrió que las cifras de donaciones chinas notificadas parecían ajustarse a una fórmula matemática, un indicio de que probablemente estaban falsificadas.
Ese mismo año, un tribunal independiente de Londres concluyó, tras una investigación de un año, que la sustracción forzada de órganos se estaba produciendo en China a una escala significativa bajo la vigilancia del régimen, siendo los practicantes de la pacífica aunque perseguida práctica espiritual Falun Gong la principal fuente de órganos.
Cuatro estados de Estados Unidos aprobaron leyes que prohíben la cobertura sanitaria de las cirugías que tienen lugar en China o que obtienen órganos de ese país, por su posible complicidad en los abusos.
Además, Taiwán procesó en noviembre de 2024 a un cirujano por enviar a China a pacientes de trasplantes de órganos.
Para Huang, el principal problema del sistema chino de trasplantes de órganos es la falta de transparencia.
Dijo que el PCCh calificó su sistema de «transparente y rastreable, pero el problema es que es completamente opaco».
«No está abierto al público y sólo lo conocen los que están dentro del sistema», dijo.
Para demostrar su sinceridad, el régimen debería publicar en internet los datos sobre los trasplantes.
Con información de Wu Min-chou.
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