El papa Francisco se encontraba en condición estable el sábado tras una crisis respiratoria el viernes que requirió que se sometiera a ventilación mecánica no invasiva, anunció el Vaticano, y agregó que su pronóstico sigue siendo reservado.
En un comunicado de prensa emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede el 1 de marzo, funcionarios del Vaticano confirmaron que el pontífice de 88 años continúa recibiendo ventilación mecánica no invasiva y largos períodos de oxigenación suplementaria de alto flujo para ayudarlo a respirar.
Según los informes, el papa mantiene una «buena respuesta» a la ventilación y la oxigenación suplementaria, y no ha experimentado más episodios de broncoespasmo desde el incidente del viernes. La ventilación mecánica no invasiva se administra normalmente a través de una mascarilla facial, una mascarilla nasal o un casco, a diferencia de la ventilación invasiva que se realiza insertando un tubo de respiración en los pulmones.
El estado clínico del pontífice «sigue siendo estable», reza el comunicado. «No tiene fiebre y no presenta leucocitosis [alto recuento de glóbulos blancos]. Sus parámetros hemodinámicos se han mantenido siempre estables; ha seguido comiendo por su cuenta y se ha sometido regularmente a fisioterapia respiratoria, en la que coopera activamente».
A pesar de su frágil estado, el papa permanece mentalmente alerta, y los funcionarios del Vaticano confirman que recibió la Eucaristía el sábado por la tarde y que luego se dedicó a la oración. Sin embargo, su estado sigue siendo complejo y los médicos continúan monitoreándolo de cerca.
«El pronóstico sigue siendo reservado», declaró la Oficina de Prensa de la Santa Sede, y agregó que el papa permanece de buen humor a pesar de sufrir neumonía en ambos pulmones.
La última actualización sigue a una declaración anterior de la Oficina de Prensa de la Santa Sede el sábado por la mañana, en la que se señalaba que el papa había pasado una noche tranquila. Los funcionarios del Vaticano también declararon que había desayunado, disfrutado de un café y leído los periódicos.
La salud del papa se deterioró drásticamente el viernes cuando sufrió un broncoespasmo aislado, que le provocó vómitos y aspiración de fluidos, lo que empeoró su estado. Los médicos intervinieron con aspiración bronquial para despejar sus vías respiratorias e iniciaron ventilación mecánica no invasiva. El tratamiento ayudó a estabilizar sus niveles de oxígeno, aunque los expertos médicos expresaron cautela con respecto a su recuperación.
La reciente crisis respiratoria es la última de una serie de problemas de salud para el pontífice, que fue hospitalizado hace casi tres semanas con neumonía en ambos pulmones. El 18 de febrero, el Vaticano describió su estado de salud como «complejo» basándose en pruebas de laboratorio, radiografías torácicas y evaluaciones clínicas. El 22 de febrero, las autoridades declararon que seguía en estado crítico y que «no estaba fuera de peligro».
Los problemas respiratorios del pontífice se complican aún más por su historial médico. De joven, se sometió a una operación para extirpar parte de un pulmón tras una grave infección pulmonar. Desde entonces, ha sido propenso a episodios recurrentes de bronquitis, especialmente durante los meses más fríos.
A medida que aumentan las preocupaciones por la salud del papa, los líderes mundiales y las figuras religiosas han seguido ofreciendo oraciones y buenos deseos.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí