La ciudad de Járkov, en el noreste de Ucrania, fue atacada por drones rusos por segunda noche consecutiva el 31 de marzo, causando heridos y daños materiales, según informaron las autoridades ucranianas.
En un mensaje en la plataforma de mensajería Telegram, Ihor Terekhov, alcalde de Járkov, dijo que los drones rusos habían herido a tres personas e incendiado edificios industriales.
«Cinco edificios industriales de una de las empresas de investigación y producción resultaron dañados», dijo, y añadió que también se habían dañado 11 edificios de apartamentos.
Terekhov dijo que el segundo ataque había tenido como objetivo el distrito más grande y antiguo de Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania.
La fuerza aérea ucraniana dijo que el segundo ataque había involucrado un total de 131 drones rusos, junto con dos misiles balísticos Iskander-M.
Las defensas aéreas derribaron 57 drones, mientras que otros 45 no alcanzaron sus objetivos como resultado de contramedidas electrónicas, dijo la fuerza aérea.
Oleh Sinehubov, gobernador de la región ucraniana de Járkov, dijo que los ataques nocturnos coincidieron con un bombardeo aéreo ruso el 30 de marzo sobre la ciudad de Kupiansk.
Según Sinehubov, ese ataque dejó cinco heridos y dañó un edificio de apartamentos en Kupiansk, al este de Járkov.
Las fuerzas rusas capturaron Kupiansk después de que Moscú lanzara su invasión a Ucrania a principios de 2022. Sin embargo, más tarde ese mismo año, las tropas ucranianas recuperaron la ciudad.
The Epoch Times no pudo verificar de forma independiente los ataques rusos denunciados contra Járkov y Kupiansk.
Pero el 31 de marzo, Ivan Bigma, portavoz militar ruso, dijo que el grupo de fuerzas ruso Battlegroup West había golpeado con éxito a cuatro brigadas del ejército ucraniano en las regiones de Járkov, Lugansk y Donetsk, según la agencia estatal de noticias de Moscú TASS.
Los ataques reportados en Járkov y Kupiansk ocurrieron una semana después de que Estados Unidos negociara un acuerdo de alto el fuego en el que se pedía tanto a Rusia como a Ucrania que se abstuvieran de lanzar ataques contra la infraestructura energética de la otra parte.
Pero desde que se alcanzó el acuerdo el 24 de marzo, cada parte ha acusado a la otra de violar los términos del alto el fuego.
El 30 de marzo, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski afirmó que Rusia había lanzado más de 1000 drones contra objetivos ucranianos solo durante la última semana.
Moscú afirmó que Ucrania llevó a cabo múltiples ataques con drones contra instalaciones energéticas rusas durante el mismo período.
Ambas partes afirman que están utilizando armas de precisión contra objetivos militares para evitar víctimas civiles.
Militares ucranianos operan un vehículo blindado en una carretera cerca de la frontera con Rusia, en la región de Sumy, Ucrania, el 14 de agosto de 2024. (Roman Pilipey/AFP vía Getty Images)
Respuesta «seria» de Occidente
En declaraciones recientes, Zelenski dijo que Kiev espera una «respuesta seria» de sus aliados occidentales a los repetidos ataques rusos contra objetivos energéticos ucranianos.«Nuestros socios deben entender que estos ataques rusos no solo van dirigidos a nuestro pueblo, sino también a todos los esfuerzos internacionales... destinados a poner fin a esta guerra», dijo en un discurso en vídeo el 29 de marzo.
«Esperamos una... respuesta seria.
«Estamos trabajando para garantizar que haya una reacción contundente, especialmente de Estados Unidos, Europa y todos aquellos... que confían en la diplomacia».
Horas después de que Zelenski hiciera estas declaraciones, Rusia habría llevado a cabo el primero de sus dos ataques consecutivos con drones contra Járkov.
En su discurso del 29 de marzo, Zelenski también dijo que había discutido las operaciones transfronterizas ucranianas —dentro del territorio ruso— con el comandante militar superior de Kiev, Oleksandr Syrskyi.
«Mantenemos medidas activas que impiden que los ocupantes avancen hacia las regiones [de Ucrania] de Sumy y Járkov», dijo Zelenski.
Durante los últimos ocho meses, las fuerzas ucranianas han mantenido una franja de territorio cada vez más reducida en la región occidental rusa de Kursk, que comparte frontera con el noreste de Ucrania, tras llevar a cabo una ofensiva transfronteriza el verano pasado.
El 30 de marzo, TASS citó a una fuente de defensa rusa que decía que las fuerzas ucranianas en Kursk estaban siendo expulsadas de las últimas comunidades fronterizas que aún estaban bajo su control.
«Se están librando feroces batallas en Guyevo... y en la zona de Basovka», dijo la fuente sobre dos comunidades fronterizas en Kursk.
«Nuestros combatientes siguen expulsando a las tropas ucranianas de Guyevo. Se están librando feroces batallas en el propio asentamiento y en sus alrededores».
Con información de Reuters
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