Vance anunció en un breve vídeo del 25 de marzo, compartido en redes sociales, que visitará a miembros del servicio estadounidense destinados en el territorio danés.
«Voy a visitar a algunos de nuestros Guardianes de la Fuerza Espacial en la costa noroeste de Groenlandia y a verificar la situación de seguridad allí», dijo Vance.
Un correo electrónico de la Casa Blanca, compartido con The Epoch Times, indicó que Vance y su esposa, Usha Vance, recibirán una sesión informativa sobre seguridad en el Ártico y se reunirán con miembros del servicio estadounidense.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, y el Secretario de Energía, Chris Wright, visitarán también la Base Espacial de Pituffik (antes conocida como Base Aérea de Thule) en el noroeste de Groenlandia, a finales de semana.
La delegación estadounidense no recibió invitación de Groenlandia ni de Dinamarca. La visita se produce mientras los lazos entre el territorio y Estados Unidos se deterioran a causa de una campaña de presión de la administración Trump, que busca establecer control estadounidense sobre la región.
El presidente Donald Trump calificó la posesión de Groenlandia como una «necesidad absoluta» para mantener la seguridad internacional y no descartó usar coerción militar o económica para controlar el territorio.
Sin embargo, el gobierno actual de Groenlandia busca avanzar lentamente hacia la independencia oficial.
En su vídeo, Vance expresó algunas de las inquietudes de Trump sobre el territorio, señalando que «muchos otros países» han amenazado con utilizar Groenlandia y sus rutas fluviales como escenario para actos de agresión contra naciones norteamericanas. No especificó cuáles países hicieron esas amenazas.
También afirmó que el liderazgo nacional en EE. UU. y Dinamarca «ignoró a Groenlandia durante demasiado tiempo» y que la administración Trump podría «llevar las cosas en otra dirección».
Asimismo, el correo electrónico de la Casa Blanca indicó que el viaje ayudará a revertir lo que se describe como «negligencia e inacción» por parte de Dinamarca para impedir la agresión extranjera contra Estados Unidos.
Estados Unidos lleva mucho tiempo interesado en Groenlandia por su posición estratégica en el Ártico, donde supervisa rutas aéreas y marítimas cruciales.
El país y sus aliados de la OTAN realizan regularmente misiones de entrenamiento y patrullas en el Ártico, incluida Groenlandia, como destaca el último documento de estrategia ártica del Pentágono, publicado durante la administración Biden.
Groenlandia también ha albergado infraestructura militar estadounidense vital desde la Segunda Guerra Mundial y cuenta con sistemas espaciales y de defensa antimisiles que protegen a Estados Unidos de un posible ataque con misiles balísticos provenientes de Rusia o China, que pasarían por el Ártico para llegar a América.
El Primer Ministro de Groenlandia, Mute Egede, rechazó la idea de que Estados Unidos tome el control de la isla y afirmó que el territorio buscará la independencia en sus propios términos.
Egede también sugirió que la visita de los Vances, Waltz y Wright constituye una forma de injerencia extranjera y ha generado un «desorden» en Groenlandia, en medio de temores crecientes de que un aliado de siempre pueda volverse agresor.
De igual forma, la Primera Ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, afirmó el 25 de marzo que Estados Unidos ejerce una «presión inaceptable» sobre la nación y su territorio y que Dinamarca «resistirá» ese esfuerzo.
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