Miembros demócratas del Comité Selecto de Inteligencia de la Cámara cuestionaron duramente a la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, y al director de la CIA, John Ratcliffe, durante una audiencia pública el 26 de marzo por su manejo de un chat de Signal en el que se describía una operación militar en curso de EE. UU. y que fue compartido accidentalmente con un periodista.
La molestia del Congreso surgió tras la publicación de un artículo el 24 de marzo en la revista The Atlantic. El editor en jefe de la revista, Jeffrey Goldberg, informó que el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, lo añadió a un grupo de chat en la aplicación cifrada Signal.
En ese chat participaban Gabbard, Ratcliffe, Waltz, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, el general Michael Kurilla, el vicepresidente JD Vance, Steve Witkoff, enviado especial de EE. UU. para Medio Oriente, entre otros.
Según el relato de Goldberg, los funcionarios discutieron una operación militar contra objetivos hutíes en Yemen que estaba por realizarse y luego ya en curso.
Goldberg afirmó que los integrantes del grupo siguieron intercambiando detalles sobre la operación militar mientras él formaba parte del chat, aunque no sabían quién era.
Los mensajes compartidos durante la operación incluyeron actualizaciones sobre la seguridad operativa, condiciones climáticas en Yemen, cronograma y secuencia de ataques, los tipos específicos de armas utilizadas (incluyendo cazas F-18, drones MQ-9 Reaper y misiles Tomahawk lanzados desde el mar) y una evaluación informal de los daños en uno de los edificios alcanzados por el ataque.
Los demócratas del Comité de Inteligencia expresaron molestia e incredulidad porque se compartieron detalles operativos con un periodista, indicando que la filtración pudo poner en riesgo a los miembros de las fuerzas armadas de EE. UU.
Los líderes de inteligencia rechazaron esa idea el 25 de marzo, durante una audiencia similar ante el Comité Selecto de Inteligencia del Senado. En esa ocasión, Ratcliffe dijo que sus comunicaciones en el chat eran "totalmente permitidas y legales, y no incluían información clasificada".
El representante Joaquin Castro (D-Texas) cuestionó esa caracterización el 25 de marzo, diciendo que la información incluida en el chat debía clasificarse según la política actual de EE. UU. Agregó que las afirmaciones contrarias de los líderes de inteligencia eran engañosas.
“La idea de que esta información, si se presentara a nuestro comité, no sería clasificada, todos sabemos que es mentira. Eso es ridículo”, dijo Castro.
Las normas actuales de clasificación publicadas por el Departamento de Defensa (DOD) y la Oficina de la Directora de Inteligencia Nacional establecen que se aplique la clasificación de "Alto Secreto" a cualquier comunicación que contenga "planes militares, sistemas de armas u operaciones", "actividades extranjeras de Estados Unidos" o "información detallada sobre evaluación de daños".
Al respecto, el representante Raja Krishnamoorthi (D-Illinois) señaló que las autoridades vigentes según la Orden Ejecutiva 13526 asignan la responsabilidad de clasificación a los jefes de las agencias correspondientes.
Por ello, Krishnamoorthi pidió la renuncia inmediata de Hegseth por permitir indebidamente la filtración de información operativa que debió clasificarse.
“La razón por la cual esta información no debe divulgarse es porque no queremos que los adversarios sepan lo que sucederá”, indicó Krishnamoorthi.
“Según el manual del DOD, así como la orden ejecutiva vigente hoy bajo la administración Trump, este mensaje de texto claramente contiene información clasificada. El secretario Hegseth divulgo planes militares e información clasificada. Debe renunciar de inmediato”.
En una entrevista del 25 de marzo, Waltz afirmó asumir "total responsabilidad" por la filtración. Al día siguiente, publicó en redes sociales que no se compartió información clasificada.
“No hubo ubicaciones, ni fuentes ni métodos. Ningún plan de guerra. Los aliados extranjeros ya habían sido avisados de ataques inminentes”, escribió Waltz en la red social X.
Añadió que lo importante es que "el presidente Trump está protegiendo a Estados Unidos y sus intereses".
Hegseth afirmó que el artículo de Goldberg era falso y que no contenía información clasificada.
“Veamos si entendí. The Atlantic publicó los supuestos 'planes de guerra' y estos incluyen: Sin nombres. Sin objetivos. Sin ubicaciones. Sin unidades. Sin rutas. Sin fuentes. Sin métodos. Y sin información clasificada”, escribió Hegseth en X.
Gabbard pareció restarle importancia a su testimonio del día anterior, cuando indicó no estar enterada de paquetes de armas, objetivos o tiempos mencionados en Signal.
Al ser presionada por los miembros del comité de la Cámara el 26 de marzo sobre el hecho de haber estado en el chat en cuestión, la directora de inteligencia dijo que había recordado mal los detalles.
“Mi respuesta de ayer se basó en mi recuerdo, o en la falta de este, sobre los detalles publicados allí”, explicó Gabbard.
“No recordaba los detalles exactos que se incluyeron”.
Sugirió que el chat fue únicamente una discusión sobre políticas y no una revelación significativa sobre las operaciones militares estadounidenses.
“Fue un error que un periodista fuera agregado accidentalmente a un chat de Signal con altos funcionarios de seguridad nacional que discutían sobre las políticas de ataques inminentes contra los hutíes y sus efectos”, añadió Gabbard.
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