WASHINGTON —El 20 de marzo, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que facilita el desmantelamiento del Departamento de Educación.
"Vamos a cerrarlo y a hacerlo lo más rápido posible", dijo Trump antes de firmar la orden.
La orden establece que, en la medida en que sea apropiado y esté permitido por la ley, la secretaria de Educación tomará todas las medidas necesarias para facilitar el cierre del Departamento de Educación y devolver la autoridad sobre la educación a los estados y las comunidades locales, garantizando al mismo tiempo la prestación efectiva e ininterrumpida de los servicios, programas y beneficios de los que dependen los estadounidenses.
La secretaria de Educación, Linda McMahon, dijo en un comunicado después de que Trump firmara la orden que no se recortarían los fondos para estudiantes con necesidades especiales, aquellos que tienen préstamos federales para estudiantes y otros.
"Vamos a seguir la ley y eliminar la burocracia de manera responsable trabajando con el Congreso y los líderes estatales para garantizar una transición legal y ordenada", dijo.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo a los periodistas el jueves que el Departamento de Educación seguiría administrando programas clave como las becas Pell.
Sin embargo, Trump dijo que los componentes críticos del departamento, como las becas Pell y los recursos para niños con discapacidades, se "preservarían en su totalidad", pero se trasladarían a otros organismos, mientras que el resto del departamento se aboliría.
El Departamento de Educación se separó del Departamento de Salud, Educación y Bienestar Social en 1979 por una ley federal, convirtiéndose en un organismo independiente.
Ayuda a promover la educación de los estudiantes y administra préstamos estudiantiles y otros programas.
Al debatir la eliminación de la agencia, Trump y la Casa Blanca señalaron las puntuaciones de los exámenes inferiores al promedio en Estados Unidos y en las clasificaciones mundiales en comparación con otros países, incluidas otras naciones que también forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
"A pesar de que el gasto por alumno ha aumentado en más de un 245% durante ese período, prácticamente no ha habido ninguna mejora apreciable en el rendimiento de los estudiantes", dijo la Casa Blanca en un comunicado.
"Las puntuaciones en matemáticas y lectura de los niños de 13 años están en el nivel más bajo en décadas", dice en el comunicado, que añade que muchos estudiantes no son competentes en matemáticas y lectura. "Los estudiantes estadounidenses ocupan el puesto 28 de 37 países miembros de la OCDE en matemáticas".
Jonathan Williams, presidente y economista jefe del American Legislative Exchange Council, declaró a The Epoch Times que el desmantelamiento del Departamento de Educación completaría "la tarea inacabada de Ronald Reagan, que quiso eliminar el departamento en la década de 1980".
Williams, que asistió a una mesa redonda en la Casa Blanca sobre el Departamento de Educación en enero, argumentó que tanto los estados rojos como los azules quieren más autonomía en lo que respecta a la política educativa.
"El Departamento de Educación lleva 50 años en funcionamiento y no ha educado directamente a ningún niño en su existencia. Ha sido utilizado por los burócratas para obstaculizar gran parte de los avances que se han hecho a nivel estatal en materia de educación, libertad y empoderamiento de los padres", dijo.
Otros criticaron la medida, incluidos los sindicatos de maestros.
La presidenta de la Asociación Nacional de Educación, Becky Pringlen, afirmó que, si tiene éxito, la acción "perjudicará a todos los estudiantes al disparar el tamaño de las clases, recortar los programas de formación laboral, encarecer la educación superior y hacerla inalcanzable para las familias de clase media, eliminar los servicios de educación especial para estudiantes con discapacidades y destruir las protecciones de los derechos civiles de los estudiantes".
Randi Weingarten, presidenta de la Federación Estadounidense de Maestros, emitió una breve declaración: "Nos vemos en los tribunales".
Mientras hablaba con los periodistas después de la ceremonia de firma, McMahon dijo que aún no había hablado con Weingarten sobre su impugnación legal, pero añadió que no está de acuerdo con las afirmaciones de la presidenta del sindicato de maestros de que Trump quiere "quitarles la educación a los niños".
"Quiere que esos dólares, incluso más dólares, vuelvan a los estados, sin la burocracia de Washington. Ese es nuestro plan", dijo McMahon.
La Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación, que ha abierto recientemente investigaciones sobre antisemitismo y presuntas violaciones del Título IX en varias escuelas, puede continuar bajo el Departamento de Justicia, añadió McMahon.
"La orden ejecutiva no especificaba qué pasaba con ninguno de los departamentos de Educación. Así que estamos estudiando cuál es la mejor ubicación para esos departamentos", dijo.
Un periodista preguntó a la secretaria qué pasaría con todos los empleados de la agencia tras el desmantelamiento.
McMahon dijo la semana pasada que el departamento ya había despedido a casi la mitad de sus trabajadores, dándoles tres meses de salario completo y prestaciones.
"Después de eso, según las normas de la función pública, también recibirán una indemnización por despido", dijo, y añadió que la administración estaba tratando de proporcionar una salida a los empleados del Departamento de Educación. No dijo qué pasaría con los trabajadores restantes.
En cuanto a la financiación de la agencia a los estados, McMahon dijo que el objetivo del presidente es proporcionar el dinero "sin condiciones".
El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo a los periodistas después de la ceremonia de firma que su estado proporcionaría más fondos para las escuelas públicas.
"En primer lugar, la financiación de los estudiantes alcanzará un máximo histórico. Estamos aumentando de forma significativa el salario de los profesores en los grandes distritos escolares. Habrá un aumento salarial de hasta 5500 dólares al año", dijo Abbott. "Para los maestros de las zonas rurales de Texas, que son [distritos escolares independientes] de 5000 estudiantes o menos, habrá un aumento salarial de hasta 10,000 dólares más por maestro".
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, declaró el jueves a The Epoch Times que está deseando que se envíen los fondos federales a los estados en forma de subvenciones globales "para que podamos utilizarlos de la mejor manera posible y que no haya más condiciones".
"Estoy dispuesto a darle al presidente la oportunidad de dárnoslo y ver cómo podemos cambiar la trayectoria de la educación en este país y en nuestros estados", dijo Landry.
A pesar de la orden, Trump necesita la aprobación del Congreso para abolir el departamento.
"Va a ser un reto cuando se necesitan 60 votos en el Senado", dijo a The Epoch Times la representante republicana por Carolina del Norte, Virginia Foxx, que asistió a la ceremonia de firma en la Casa Blanca.
También afirmó que la iniciativa cuenta con un amplio apoyo en todo el país y que los padres se preocupan profundamente por la educación de sus hijos. Foxx también elogió la orden ejecutiva, afirmando que es la primera vez que un presidente de EE. UU. toma tal medida.
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