Opinión
Hace seis años según información que se ha publicado ya de actas ministeriales, criminales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) despojaron a sus dueños del Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco.
Se difundió que este lugar existía desde 2012, se puede buscar en Google Earth el antecedente y esto es falso, no existía ninguna construcción en este predio en aquella fecha.
Estas precisiones son importantes porque el gobierno federal ha reaccionado sobre Teuchitlán usando su maquinaria de propaganda remitiendo el tema al "pasado", aquel dónde el gobierno de Morena no es responsable.
Queda clara la responsabilidad local en este caso de Teuchitlán —tanto del gobierno de Enrique Alfaro como de las autoridades municipales, que son de Movimiento Ciudadano—, pues este campo de adiestramiento y exterminio de CJNG funcionó bajo sus administraciones con toda impunidad, a pesar de saberse de su existencia.
El 18 de septiembre del 2024 la Guardia Nacional ocupó el campo. Se detuvo a una decena de criminales, encontraron unos cadáveres y se retiraron.
La fiscalía del estado de Jalisco no investigó y ni siquiera resguardó el lugar. Después alegaron que es un sitio muy grande y no habían visto "nada anormal". Ahora niegan que haya ahí "hornos crematorios" a pesar de que hay tres fosas con muestras de incineración y restos de huesos humanos.
La presidente Claudia Sheimbaum, elogiada por su frialdad en las supuestas negociaciones con Donald Trump, mantuvo esa frialdad y organizó una fiesta en el Zócalo de la capital del país para celebrar su gestión con miles de acarreados, cuando un colectivo de madres buscadoras ya había encontrado el lugar y se difundían los terribles hallazgos de este campo de la muerte.
El país se estremeció con esta noticia, menos los seguidores de Morena que participaron en la fiesta o que exculpan en las redes sociales al gobierno que apoyan incondicionalmente.
Ahora la presidente Claudia Sheimbaum dice que Teuchitlán es un tema de "los comentócratas", lamenta se mencione en relación con esto al "presidente —así le llama sin el ex— López Obrador y se hagan especulaciones "a partir de una fotografía". Luego de minimizar la tragedia la presidente dice que no la "minimiza".
Siempre es una mala idea andar peleando contra la realidad en lugar de asumirla o enfrentarla. El problema del presidencialismo mexicano y que ha atrapado a los mandatarios de este país, es precisamente esto: no enfrentar la realidad y sustituirla con su propia publicidad y propaganda.
Pero en particular a los presidentes de Morena les importa su imagen y no las imágenes crudas de la realidad y cuando estas imágenes los sobrepasan entonces acuden a la negación o a minimizar el tema o atribuir a una conspiración en su contra, esa realidad que cuestiona a su gestión o a su partido. O remitirse al pasado, especialmente al sexenio de Felipe Calderón que los obsesiona.
La presidente Sheimbaum dice que solo se trata de una foto. Si se informara sabría que hay ya mil fotografías de este crimen, de esta tragedia. Desde el principio acompañó al colectivo de madres buscadoras, Ulises Ruiz, fotógrafo de la agencia AFP. Sabría asimismo de los costales de huesos humanos quemados, la ropa y zapatos de 400 personas —es el número que ya se determinó—, manchas de sangre en algunos muros —hay huellas de por lo menos 100 balazos en ellos—, y un papel donde alguien escribió con letra temblorosa: "Mamá: tengo miedo".
Un miembro de la Fiscalía Especializada para la Atención de Personas Desaparecidas carga palas mientras miembros del colectivo "Guerreros Buscadores" visitan el rancho Izaguirre, donde el 5 de marzo localizaron tres hornos crematorios humanos mientras buscaban a sus familiares desaparecidos en la comunidad de La Estanzuela en Teuchitlán, Jalisco, México, el 13 de marzo de 2025. La Fiscalía General de la República y el gobierno federal investigarán presuntos crematorios clandestinos ubicados en una zona rural del occidental estado mexicano de Jalisco, informaron las autoridades locales el 12 de marzo. (ULISES RUIZ/AFP vía Getty Images)Si a la presente administración le importara lo que emerge con esta tragedia, sabría que aquella foto de cinco jóvenes de San Juan de los Lagos amordazados junto a un muro ya permitió ubicarlos en el campo de la muerte de Teuchitlán, pues hay una foto donde aparece el mismo muro. Los criminales los grabaron en un vídeo donde se ve cómo los obligan a pelear a muerte entre ellos. Sus cuerpos no aparecen, pero ahí estuvieron, ahora son cenizas, son huesos humanos.
Sobre el comentario despectivo de la presidente hacia "algunos testimonios" de sobrevivientes, se debe señalar que son verdaderamente terribles. Se trata del Mal absoluto. Hablan por ejemplo de que a uno de los jefes del CJNG le gustaban las niñas, secuestraban entonces algunas a las que luego se mataba e incineraba. Varios de esos testimonios coinciden en denunciar este horror.
La tragedia de Teuchitlán es la tragedia de jóvenes pobres de este país. Se les engañaba con ofrecimientos de trabajo y desaparecían en la Estación de Autobuses de Tlaquepaque. Sucedió durante años. Hay actas ministeriales, burocráticas, con este señalamiento. ¿Ninguna autoridad investigó, actuó, cumplió con su deber? No, ninguna autoridad ni municipal, estatal o federal. Ninguna.
Y se debe aclarar algo, nada de que "vamos a atraer el caso", como si eso fuera un mérito, al tratarse de un tema vinculado al narcotráfico y crimen organizado es materia federal y por tanto una obligación del gobierno federal que no había cumplido. Si hay incumplimiento local es responsabilidad del gobierno federal responder legalmente con el juicio de las autoridades omisas o cómplices.
Pero ¿qué pasa si la autoridad federal es omisa o cómplice también? Es lo que debe juzgarse en el caso del ex presidente Andrés Manuel López Obrador. Y no nos referimos a un juicio periodístico. Debe probarse o exonerarse en un tribunal.
La complacencia con los Cárteles por parte del ex presidente López Obrador fue abierta, la mostró con declaraciones y con actos, está sustentada en hechos y debe haber órdenes a las fuerzas de seguridad que es necesario investigar y probar si es el caso.
Nunca recibió a las madres buscadoras, pero fue a saludar a la madre del Chapo Guzmán a Badiraguato, Sinaloa. A ningún gobernador o colaborador suyo con evidencias públicas de vínculos con los Cárteles los investigó o aplicó la ley. Abdicó del ejercicio de la ley en la liberación —que reconoció haber ordenado hacer— de Ovidio Guzmán, con la cual violó el Código Penal que prohíbe expresamente a cualquier autoridad un acto de esa naturaleza. A confesión de parte, relevo de pruebas.
En aquella ocasión los criminales asesinaron empleados y quemaron tiendas Oxxo, propiedad de un empresario que lo cuestionaba públicamente. Después de eso casualmente dejó de hacerlo.
Las estrategias de Felipe Calderón y de Enrique Peña contra el crimen organizado fueron en general equivocadas —aunque Peña tuvo éxito en apresar a más de 90 criminales de alto perfil—, particularmente es mayor el error del presidente Calderón que originó el estado de Guerra Permanente del país, en donde México está sumido. Además la complicidad de Genaro García Luna con el Cártel de Sinaloa mancha sin duda a su gobierno.
Sin embargo, solo el presidente López Obrador tiene una carga de violación a la ley por su complacencia reconocida con los Cárteles. Si además de omisión hay complicidad directa, repito, es lo que también debe investigarse y juzgarse.
La frialdad de la presidente frente a la tragedia de Teuchitlán y lo que este campo de la muerte simboliza, es la expresión última de lo que considero ya es el derrumbe moral del régimen político de México. Toda la clase política actual es responsable de esta caída. Y muchos de ellos no solo lo son por faltas políticas, sino también penales y mientras no se les castigue legalmente, México no será ni justo ni libre.
Los gobiernos mexicanos contemporáneos no han sabido defender al pueblo de México, ni imponer la fuerza legal del Estado mexicano para devolver la justicia y la libertad a su gente.
La soberanía nacional ha caído en manos de los criminales que mandan impunemente en grandes porciones del territorio mexicano. Teuchitlán es hoy el símbolo de ese imperio del mal. Para salir de este túnel oscuro debemos reconocer que estamos solos, como las madres buscadoras han estado solas.
Pero esta soledad es el clamor del silencio alrededor de la frágil luz de una veladora. Esta soledad colectiva es por ahora el grito silencioso de "¡¡¡nunca más!!!".
En la memoria de todos esos jóvenes que el Estado mexicano abandonó, nos debemos encontrar para siempre. Es nuestro deber caminar juntos, ser un pueblo de ciudadanos actuantes para que México renazca. No dejemos solos a nuestros muertos.
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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