Investigadores de Australia Meridional descubrieron que las personas con trastornos alimentarios son juzgadas de manera más crítica que aquellas que sufren depresión, lo que dificulta que las personas busquen ayuda médica.
El estudio, publicado en el Journal of Eating Disorders, entrevistó a 235 personas para recabar sus opiniones sobre los atracones, la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y la depresión.
La autora principal, Carlye Aird, de la Universidad de Australia Meridional, destacó que, a pesar de que un millón de australianos padecen un trastorno alimentario, persisten ideas erróneas y perjudiciales.
"Nuestros hallazgos muestran que las personas con trastornos alimentarios se enfrentan a un estigma social significativo, lo que puede dificultar aún más que busquen ayuda", afirmó Aird.
"Las ideas erróneas de que estos trastornos son autoinfligidos o no lo suficientemente graves como para requerir atención médica son increíblemente perjudiciales".
El estudio descubrió que los tres trastornos alimentarios estaban más estigmatizados que la depresión y que la alimentación compulsiva era percibida con mayor dureza debido a los estereotipos relacionados con el peso.
"Estos hallazgos indican que las personas con trastornos alimentarios, incluido el trastorno por atracón, pueden tener un mayor riesgo de experimentar las implicaciones negativas del estigma en comparación con otros trastornos psicológicos, como la depresión", afirma el artículo.
La coautora Stephanie Webb dijo que era necesario cambiar la conversación sobre los trastornos alimentarios y desafiar los mitos de que son simplemente una elección de estilo de vida o un signo de debilidad personal.
"Al reducir el estigma, se animará a las personas con trastornos alimentarios a buscar ayuda profesional antes y a mejorar los resultados, lo que en última instancia salvará vidas en algunos casos", dijo.
Aumento de los trastornos alimentarios
Estos hallazgos surgen a medida que los trastornos alimentarios aumentan en Australia, lo que ejerce una presión creciente sobre los sistemas sanitarios.Las visitas a los servicios de urgencias por trastornos alimentarios aumentaron un 62 por ciento entre 2018 y 2020.
Un informe de 2024 de Butterfly (pdf) reveló que el 21 por ciento de los australianos encuestados sufrió un trastorno alimentario, frente al 17 por ciento en 2020.
"Probablemente se deba a un aumento de la proporción de personas que se identifican personalmente como personas que padecen un trastorno de la alimentación", descubrieron los investigadores.
“Hubo un aumento significativo en la proporción de encuestados que reportaron síntomas de trastornos alimenticios. Más de la mitad (57 por ciento) experimentó al menos uno de los síntomas de trastornos alimenticios en comparación con el 50 por ciento en 2020”.
Los investigadores también encontraron que el 57 por ciento estaba satisfecho con su cuerpo, pero el 30 por ciento no lo estaba. Los hombres estaban más contentos con su cuerpo que las mujeres.
La anorexia nerviosa tiene la tasa de mortalidad más alta de todos los trastornos psicológicos y afecta a 30,000 australianos. Mientras tanto, 120,000 australianos padecen bulimia nerviosa.
Se identificó que las redes sociales tienen el mayor impacto en la forma en que las personas se sienten sobre su apariencia, seguidas de los padres, hermanos, amigos, publicidad, celebridades e influencers.
Una crisis oculta que afecta a los jóvenes adolescentes
Además de estas preocupaciones, un estudio independiente de 2024 publicado en la revista médica revisada por pares Cureus encontró un fuerte vínculo entre los trastornos alimentarios y la depresión."La prevalencia de la depresión entre los pacientes con trastornos alimentarios fue del 93.3 por ciento: el 17.9 por ciento de los pacientes con trastornos alimentarios tenía depresión leve, el 21.3 por ciento tenía depresión moderada y el 54.1 por ciento tenía depresión grave", concluyeron los autores.
Los investigadores señalaron que el estudio ponía de manifiesto la urgente necesidad de intervenciones dirigidas tanto a los trastornos alimentarios como a la depresión.
"El hallazgo alarmante de la alta prevalencia tanto de los trastornos alimentarios como de la depresión entre los jóvenes adolescentes en la escuela primaria requiere una intervención urgente", afirmaron los autores.
Los investigadores de la Universidad de Australia Meridional señalaron que su estudio era uno de los pocos que cuantificaba y comparaba el estigma asociado a la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
"Mediante una investigación más exhaustiva, una mejor comprensión de la expresión del estigma hacia trastornos alimentarios específicos podría servir de base para el desarrollo de intervenciones específicas", concluyeron los autores.
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