El papa envía mensaje de esperanza ante la fragilidad en Miércoles de Ceniza

El cardenal italiano Angelo De Donatis dirige una misa en la iglesia de Santa Sabina de Roma durante la celebración del Miércoles de Ceniza, mientras el papa Francisco sigue hospitalizado por una neumonía, el 5 de marzo de 2025. (ALBERTO PIZZOLI/AFP a través de Getty Images)

El cardenal italiano Angelo De Donatis dirige una misa en la iglesia de Santa Sabina de Roma durante la celebración del Miércoles de Ceniza, mientras el papa Francisco sigue hospitalizado por una neumonía, el 5 de marzo de 2025. (ALBERTO PIZZOLI/AFP a través de Getty Images)

Por Alicia Márquez5 de marzo de 2025, 7:26 p. m.
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El papa Francisco aprovechó este Miércoles de Ceniza celebrado por la Iglesia Católica para enviar un mensaje de esperanza ante la fragilidad y, mientras permanece hospitalizado, destacó sus reflexiones sobre la muerte, en un evento celebrado por el cardenal Angelo De Donatis.

El texto, escrito por el papa Francisco y leído por el cardenal De Donatis, surge en un momento en el que el pontífice cumple su vigésimo día en el Hospital Universitario Gemelli de Roma debido a una bronquitis con infección polimicrobiana a la que se sumó una neumonía bilateral.

En el texto, el papa Francisco explica que las cenizas permiten recordar "la fragilidad y la pequeñez" de la vida, según expresa un comunicado del Vaticano.

El Vaticano también explica la analogía de que el gesto de que las personas inclinen la cabeza para recibir las cenizas este miércoles es una invitación a mirar hacia adentro de nosotros mismos.

"Las cenizas, en efecto—recuerda el Papa nos ayudan a hacer memoria de la fragilidad y de la pequeñez de nuestra vida. Somos polvo, del polvo hemos sido creados y al polvo volveremos", dice el texto escrito por el máximo pontífice.

"Y son tantos los momentos en los que, mirando nuestra vida personal o la realidad que nos rodea, nos damos cuenta de que la existencia del hombre 'es tan sólo un soplo'", continúa el comunicado.

El papa expresa que esa "experiencia de la fragilidad" humana la "experimentamos en nuestros cansancios, en las debilidades que debemos afrontar, en los miedos que nos habitan, en los fracasos que nos queman por dentro, en la caducidad de nuestros sueños, en el constatar qué efímeras son las cosas que poseemos".

Agrega que la enfermedad también hace que los humanos experimenten fragilidades como la pobreza y el dolor "que a veces irrumpe de manera repentina sobre nosotros y sobre nuestras familias".

El pontífice también advierte a la sociedad sobre lo que llama "polvos en suspensión", que se pueden convertir en "polvos tóxicos" contaminando el planeta, como "la contraposición ideológica, la lógica de la prevaricación, el regreso de viejas ideologías identitarias que teorizan la exclusión del otro, la explotación de los recursos de la tierra, la violencia en todas sus formas y la guerra entre los pueblos".

"Todo ello es como 'polvo tóxico' que enturbia el aire de nuestro planeta, impidiendo la coexistencia pacífica, mientras crecen en nosotros cada día la incertidumbre y el miedo al futuro", agregó.

Respecto a la muerte, el máximo pontífice reflexiona que la fragilidad recuerda a la sociedad que la muerte, aunque suele ser exorcizada, "se impone como una realidad con la que debemos lidiar, signo de la precariedad y transitoriedad de nuestras vidas".

"Así, a pesar de las máscaras que nos ponemos y de los artificios a menudo ingeniosamente creados para distraernos, las cenizas nos recuerdan quiénes somos", expresó Francisco.

"Esto nos ayuda. Nos remodela, atenúa la dureza de nuestros narcisismos, nos devuelve a la realidad, nos hace más humildes y disponibles los unos para los otros: ninguno de nosotros es Dios, todos estamos en camino", continua su mensaje.

Y señala que las cenizas también nos recuerdan tener viva la esperanza.

"Sin esta esperanza —subraya el Papa— estamos condenados a soportar pasivamente la fragilidad de nuestra condición humana", además de la importancia de recordar que somos "polvo precioso a los ojos de Dios".

El pontífice argentino defendió la esperanza de que, "al final de nuestra peregrinación terrena nos espera un Padre con los brazos abiertos".

El cardenal Donatis guió al resto de purpurados, obispos, clérigos y religiosas en la tradicional procesión del Miércoles de Ceniza de este año desde la iglesia de San Anselmo hasta la basílica de Santa Sabina, donde fue colocada una cruz de ceniza en la frente de los creyentes.

Antes de leer la homilía preparada por el papa, De Donatis dijo sentirse "profundamente unido a él", agradeciendo las oraciones hacia el papa Francisco y la Iglesia.

Con información de EFE. 

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