El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció este viernes que el hondureño Eswin Gabriel Mejía, acusado de homicidio, fue extraditado a Estados Unidos desde Tegucigalpa.
Según su comunicado, el presidente de EE. UU., Donald Trump, "nunca olvidó ni dejó de luchar por la justicia después de que Sarah Root fuera trágicamente asesinada en 2016 por un inmigrante ilegal que conducía bajo la influencia del alcohol y se convirtió en fugitivo de la justicia".
Mejía fue entregado este viernes a agentes estadounidenses en la Base Aérea Enrique Soto Cano, situada en el centro del país, donde Estados Unidos mantiene un reducido número de efectivos militares, según un informe de la Policía hondureña.
El hondureño acusado permanecía recluido en la Penitenciaría Nacional de Támara, ubicada a unos 20 kilómetros de Tegucigalpa, desde su captura el pasado 27 de febrero en el municipio de San Nicolás, departamento de Santa Bárbara, occidente del país.
El Supremo hondureño concedió el lunes la extradición de Mejía, acusado por Estados Unidos de los delitos de homicidio por vehículo motorizado y no comparecencia ante la Justicia.
Está reclamado por el condado de Douglas (Nebraska), que lo acusa de conducir una camioneta "a exceso de velocidad y con signos de intoxicación alcohólica" al momento de golpear Sarah Root, quien posteriormente falleció en un hospital, según la solicitud de Estados Unidos.
"Hoy, nueve años después del fallecimiento de Sarah la noche de su graduación universitaria, sus padres sabrán que su incansable lucha no fue en vano", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense en su nota.
Rubio agradeció al Gobierno hondureño su colaboración y consideró que la rendición de cuentas bajo la Administración de Trump ha prevalecido con esta extradición para que Mejía, al que no cita por su nombre, pueda comparecer ante la justicia.
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