El estado de Oklahoma, en el sur de Estados Unidos, ejecutó este jueves a Wendell Grissom, un reo condenado a muerte por asesinar a una mujer durante un robo a una vivienda en 2005.
A Grissom, un hombre blanco de 57 años, le declararon muerto a las 10:13 hora local (15:13 GMT) tras recibir una inyección letal en el centro penitenciario de McAlester, según informaron las autoridades locales.
La de Grissom fue la tercera ejecución en tres días en Estados Unidos, después de la primera el martes en Luisiana y la segunda el miércoles en Arizona.
Esta tarde Florida tiene programada otra ejecución, que será la cuarta en un lapso de apenas 48 horas en el país.
Grissom fue condenado a muerte por asesinar a tiros en noviembre de 2005 a Amber Matthews, que tenía 23 años, durante el robo a una vivienda en el condado de Blaine, al noroeste de Oklahoma City.
La vivienda pertenecía a Dreu Kopf, una amiga de Matthews, que resultó herida de bala. También estaban en la casa los dos hijos de Kopf, ilesos en el ataque.
Grissom actuó con un cómplice, Jessie Johns, que tiene 74 años y cumple una pena de cadena perpetua.
De acuerdo al relato de los fiscales, Grissom recogió a Johns, un sin hogar que estaba haciendo autostop, y ambos decidieron cometer robos y asaltos a viviendas.
Tras pasar una noche en un motel, escogieron la vivienda de Kopf de manera aleatoria, por estar aislada. Kopf logró escapar durante el ataque en la camioneta de sus agresores para alertar a las autoridades, que ese mismo día detuvieron a Grissom y Johns.
La de Grissom fue la novena ejecución del año en Estados Unidos.
Desde que el Tribunal Supremo reintrodujo la pena de muerte hace casi 50 años, Estados Unidos ha ejecutado a 1616 personas, 128 de ellas en Oklahoma.
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