El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, y el secretario de Energía, Chris Wright, visitarán Groenlandia en los próximos días, mientras el territorio lucha por contrarrestar las amenazas de anexión de la administración Trump.
Waltz y Wright participarán en eventos culturales y también visitarán la Base Espacial Pituffik, antes conocida como Base Aérea Thule, en el noroeste de Groenlandia, según la Casa Blanca.
«Estados Unidos tiene un interés de seguridad en la región ártica y no debería sorprender que el asesor de seguridad nacional y el secretario de Energía visiten una base espacial estadounidense para recibir información de primera mano de nuestros miembros del servicio sobre el terreno», dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Brian Hughes, en un correo electrónico compartido con The Epoch Times.
Las relaciones entre Groenlandia y Estados Unidos han sido tensas desde que el presidente Donald Trump dijo que Estados Unidos buscaría apoderarse del territorio autónomo danés.
Trump ha descrito la posesión de Groenlandia como una «necesidad absoluta» para mantener la seguridad internacional. Prometió poner el territorio bajo control estadounidense por cualquier medio necesario y no ha descartado el uso de la fuerza militar para hacerlo.
El gobierno actual de Dinamarca busca un camino de reforma lenta hacia la independencia oficial del territorio.
El primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, desestimó las ideas de una toma de control estadounidense de la isla, diciendo que el territorio buscará un futuro de independencia en sus propios términos.
«No queremos ser estadounidenses, ni daneses; somos kalaallit. Los estadounidenses y su líder deben entender eso. No estamos en venta y no pueden simplemente tomarnos. Nuestro futuro lo decidiremos nosotros en Groenlandia», dijo Egede en una publicación de Facebook el 5 de marzo.
Kalaallit se refiere al pueblo inuit de Groenlandia, que constituye la mayoría de la población de la isla.
Egede ha sugerido que el próximo viaje de Waltz y Wright, que también coincide con la visita de la segunda dama Usha Vance, es una forma de injerencia extranjera y ha causado un «lío» en Groenlandia en medio de los ya intensos temores de que un aliado de toda la vida pueda convertirse en agresor.
En nombre del Consejo de Seguridad Nacional, Hughes dijo que la visita de altos funcionarios le permitirá a Estados Unidos y Groenlandia cooperar de una manera que se reconozca el derecho de la isla a la autodeterminación.
«También esperamos experimentar la famosa hospitalidad de Groenlandia y estamos seguros de que esta visita representa una oportunidad para construir asociaciones que respeten la autodeterminación de Groenlandia y promuevan la cooperación económica», dijo Hughes.
«Esta es una visita para aprender sobre Groenlandia, su cultura, historia y gente, y para asistir a una carrera de trineos tirados por perros que Estados Unidos se enorgullece de patrocinar, así de simple».
Estados Unidos lleva mucho tiempo interesado en Groenlandia por su posición estratégica en el Ártico, que supervisa rutas aéreas y marítimas estratégicas.
La Base Espacial Pituffik, por ejemplo, es clave para algunas de las operaciones de defensa antimisiles más importantes de Estados Unidos que se remontan a la Segunda Guerra Mundial.
Entre esas responsabilidades se encuentra la de defender a Estados Unidos de un ataque con misiles balísticos desde Rusia o China, que sobrevolarían el Ártico para llegar a América.
El Ártico también alberga una inmensa variedad de recursos naturales, como petróleo, gas natural, metales de tierras raras, diamantes y zonas de pesca prístinas.
Estas medidas han atraído a grandes potencias a la región, y el Pentágono ha llegado incluso a publicar una estrategia destinada en gran medida a contrarrestar el poder ruso y chino en la región.
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