Agentes federales en una instalación de carga aérea de Chicago incautaron envíos procedentes de China que contenían 18 libras de xilazina, una sustancia cada vez más presente en el mercado ilícito de drogas de Estados Unidos.
Los tres envíos llegaron el 12 de abril y tenían como destino residencias en Cleveland y Filadelfia, según anunció el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en un comunicado el 16 de abril.
"Los narcotraficantes persisten en sus intentos de introducir de contrabando sedantes como la xilazina en Estados Unidos, pero gracias a nuestro arduo trabajo y vigilancia, seguiremos interceptando estas peligrosas sustancias en nuestro puerto de entrada antes de que puedan causar daño a nuestras comunidades", declaró LaFonda Sutton-Burke, directora de operaciones sobre el terreno de la oficina de Chicago.
La xilazina, también conocida como "tranq" y "droga zombi", es un medicamento de uso veterinario que actúa como sedante cuando se administra a animales como ganado vacuno, ovino y equino durante procedimientos diagnósticos y quirúrgicos. La xilazina no es una sustancia controlada en Estados Unidos, pero no está aprobada para su uso en personas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) advirtió que la xilazina está haciendo que la crisis mortal del fentanilo en Estados Unidos sea "aún más letal", ya que el fentanilo adulterado con xilazina tiene un efecto psicoactivo más duradero que el fentanilo solo, lo que aumenta el riesgo de muerte por sobredosis.
Se sabe que los cárteles de Sinaloa y Jalisco, con sede en México, obtienen precursores químicos de China antes de que estos productos químicos se fabriquen para producir fentanilo. El año pasado, el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino advirtió en un informe que las xilazinas producidas en China "están proliferando rápidamente en todo Estados Unidos".
En octubre de 2023, la empresa china Hanhong Medicine Technology Company fue sancionada y acusada por exportar supuestamente grandes cantidades de precursores de fentanilo y aditivos no opiáceos, entre ellos xilazina, a Estados Unidos y México.
Recientemente se produjeron dos casos penales relacionados con la xilazina en Nueva York.
El 11 de abril, la DEA anunció la imputación de dos hombres por presuntamente dirigir una fábrica de envasado y distribución de drogas en un apartamento del barrio de Inwood, en el Upper Manhattan. Según un comunicado, las fuerzas del orden locales encontraron "miles de sobres de papel cristal con mezclas de drogas potencialmente letales, bolsas de cocaína en polvo y xilazina, y frascos de xilazina de uso veterinario".
"Estos narcotraficantes se preparaban para inundar la ciudad de Nueva York con veneno mortal —fentanilo y xilazina envasados con fines lucrativos— sin importarles las vidas que esto pudiera costar", declaró Jessica S. Tisch, comisionada del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD).
Una pareja fue acusada en Central Islip el 7 de febrero de 2024 por presuntamente vender 270 gramos de fentanilo entre mayo de 2023 y enero de 2024 en Long Island, según la DEA. La agencia afirmó que varias dosis de fentanilo dieron positivo en xilazina.
El 17 de abril, la comisaría 62 de la NYPD recurrió a X para advertir a los vecinos sobre la xilazina.
"La xilazina, o 'tranq', se encontró recientemente en el suministro de drogas de la ciudad de Nueva York. Esta droga en particular suele combinarse con el fentanilo", escribió la comisaría, antes de advertir que la droga puede causar graves lesiones cutáneas, somnolencia, falta de respuesta, presión arterial baja y ralentización del ritmo cardíaco.
En los últimos años, algunos estados promulgaron leyes para regular el uso de la xilazina, entre ellos Dakota del Sur, Pensilvania, Ohio y Virginia Occidental.
Un grupo bipartidista de legisladores presentó en febrero la Ley de Lucha contra la Xilazina Ilícita tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. La legislación convertiría la xilazina en una sustancia controlada de la Lista III, al tiempo que permitiría a la DEA rastrear su fabricación para evitar cualquier desvío hacia el mercado ilegal.
"La xilazina ilícita está contribuyendo a la epidemia nacional de drogas y aumentando las muertes por sobredosis en comunidades de todo el país", dijo en un comunicado el senador Chuck Grassley (R-Iowa), quien lideró el proyecto de ley del Senado junto con la senadora Catherine Cortez Masto (D-Nev).
"Este proyecto de ley bipartidista reconoce la amenaza letal de la xilazina y proporciona a las fuerzas del orden nuevas herramientas para combatir su propagación, al tiempo que garantiza que los veterinarios, rancheros y ganaderos puedan seguir accediendo al fármaco para el tratamiento legítimo de animales", dijo Grassley.
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