El Departamento de Guerra confirmó que el grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford llegó el martes al área de responsabilidad latinoamericana, mientras la administración Trump intensifica la presión sobre las embarcaciones venezolanas que transportan droga.
"La mayor presencia de fuerzas estadounidenses en el [área de responsabilidad del Comando Sur] reforzará la capacidad de Estados Unidos para detectar, monitorear e interrumpir a los actores y actividades ilícitas que comprometen la seguridad y la prosperidad del territorio estadounidense y nuestra seguridad en el hemisferio occidental", dijo el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, en un comunicado el martes.
La fuerza de portaaviones "mejorará y ampliará las capacidades existentes para interrumpir el tráfico de narcóticos y debilitar y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales", agregó Parnell.
El USS Ford, que entró en servicio en 2017, es el portaaviones más nuevo de Estados Unidos y el más grande del mundo, con más de 5000 marineros a bordo.
Desde septiembre, las fuerzas estadounidenses han destruido varias embarcaciones frente a las costas venezolanas y en otras zonas, alegando que estaban involucradas en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Se han confirmado al menos 19 ataques en el mar Caribe y frente a las costas del Pacífico de países latinoamericanos.
"Mediante un compromiso inquebrantable y el uso preciso de nuestras fuerzas, estamos preparados para combatir las amenazas transnacionales que buscan desestabilizar nuestra región", declaró el almirante Alvin Holsey, comandante del Comando Sur, en un comunicado emitido el martes.
"El despliegue del Grupo de Ataque del Portaaviones USS Gerald R. Ford representa un paso fundamental para reforzar nuestra determinación de proteger la seguridad del hemisferio occidental y la seguridad del territorio estadounidense".
El presidente venezolano Nicolás Maduro ha alegado repetidamente que el despliegue militar estadounidense está diseñado para derrocarlo del poder.
En agosto, la Casa Blanca duplicó su recompensa por información que condujera al arresto de Maduro hasta alcanzar los 50 millones de dólares, acusándolo de vínculos con el narcotráfico y grupos criminales, acusaciones que Maduro niega.
Las tensiones entre Estados Unidos y Colombia, país vecino de Venezuela, se han intensificado en las últimas semanas, con un intercambio de acusaciones entre Trump y el presidente colombiano Gustavo Petro en las redes sociales. En septiembre, la administración Trump revocó la visa de Petro después de que este instara a las tropas estadounidenses a desobedecer a Trump frente a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
Posteriormente, el Departamento de Estado publicó en X: "Hoy temprano, el presidente colombiano (Gustavo Petro) se plantó en una calle de Nueva York e instó a los soldados estadounidenses a desobedecer órdenes e incitar a la violencia. Revocaremos la visa de Petro debido a su acción temeraria e incendiaria".
En declaraciones públicas a la prensa el mes pasado, Trump sugirió la posibilidad de una operación terrestre en Venezuela e indicó que "la tierra será el siguiente objetivo" después de los ataques contra las embarcaciones.
Trump también declaró en una entrevista con "60 Minutos" el 2 de noviembre que probablemente los días de Maduro están contados, aunque pareció restar importancia a la posibilidad de ataques terrestres.
El secretario de Guerra, Pete Hegseth, ha dicho en las redes sociales que los ataques son necesarios porque los cárteles de la droga y las organizaciones de contrabando "están librando una guerra en nuestra frontera y contra nuestra gente"·, comparándolos con el grupo terrorista Al Qaeda.
Varios cárteles de la droga mexicanos y varias bandas transnacionales fueron declarados organizaciones terroristas extranjeras por la administración Trump a principios de este año.
Con información de Reuters.
















