Alemania se ha comprometido a apoyar a Ucrania en su guerra contra Rusia con un nuevo paquete de ayuda de 5700 millones de dólares y un acuerdo para ayudar a Kiev a desarrollar sus propios sistemas de misiles de largo alcance sin ninguna limitación impuesta por Occidente sobre su uso.
En una rueda de prensa conjunta con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, celebrada en Berlín el 28 de mayo, el canciller alemán Friedrich Merz anunció el inicio de una «nueva forma de cooperación industrial militar» entre ambos países, que incluiría la producción conjunta de misiles en las plantas existentes en Ucrania que cuentan con la experiencia técnica necesaria para fabricar este tipo de armas.
«Ucrania podrá defenderse plenamente, incluso contra objetivos militares fuera de su propio territorio», con sus propios misiles, afirmó Merz en la rueda de prensa.
«Queremos que Ucrania pueda hacer frente a la agresión rusa. Con ese fin, estamos financiando una parte considerable de la cobertura de Starlink en Ucrania. Produciremos conjuntamente sistemas de armas de largo alcance fabricados en Ucrania. No habrá restricciones de alcance», aclaró Merz en una declaración en la plataforma de redes sociales X.
Tras las declaraciones de Merz, los ministros de Defensa de Ucrania y Alemania firmaron un memorando que abarca la inversión directa alemana en el sector de la defensa de Ucrania y una asociación más amplia con los fabricantes de armas alemanes.
Zelenski elogió la medida y señaló que gran parte de la inversión conjunta se destinará a la producción de drones de combate, lo que, según declaró en las redes sociales, es «crucial» para salvar la vida de los soldados ucranianos.
«Gracias a Alemania, ahora contamos con nuevos acuerdos, tanto para los sistemas como para los misiles», afirmó. «Este tipo de apoyo despoja de sentido al terror ruso. Del mismo modo, cuando hablamos de nuevo apoyo armamentístico para nuestro ejército, de un mayor alcance para nuestras fuerzas, estamos hablando de cómo hacer que las acciones ofensivas de Rusia carezcan de sentido».
Algunas de las armas suministradas por Occidente a Ucrania tienen restricciones de uso, especialmente para atacar objetivos situados en el interior de Rusia, debido a la preocupación de que tales ataques puedan provocar represalias del Kremlin y arrastrar a la OTAN a la guerra.
Ucrania lleva mucho tiempo tratando de poner fin a estas restricciones, alegando que se le debería permitir atacar objetivos militares rusos más allá de la línea del frente, como depósitos de municiones, aeródromos y centros de mando utilizados para lanzar ataques contra ciudades ucranianas.
Además de la cooperación militar, Ucrania y Alemania también firmaron nuevos acuerdos sobre construcción conjunta y desarrollo industrial en general, según Zelenski, quien añadió que ambas partes acordaron reanudar el diálogo de alto nivel entre los dos países para obtener resultados «verdaderamente sustanciales».
El Kremlin reaccionó a esta noticia afirmando que la producción conjunta de misiles de largo alcance por parte de Alemania y Ucrania avivaba las llamas de la guerra.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró a la televisión rusa que considera que esta medida aumenta las tensiones en torno a la guerra entre Rusia y Ucrania y acusó a Alemania de convertirse en parte del conflicto.
Se trata de «un aumento de la tensión, un apoyo a la guerra y la implicación directa de Alemania en este conflicto», afirmó Lavrov.
Un día antes, el 27 de mayo, Merz declaró que ya no existían restricciones en el alcance de las armas suministradas a Ucrania por sus aliados occidentales, lo que provocó la reprimenda del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien afirmó que cualquier decisión de este tipo «contradice totalmente» las aspiraciones de alcanzar una solución política al prolongado conflicto.
Aunque Peskov no amenazó con tomar medidas de represalia, Moscú ha insinuado anteriormente que el apoyo occidental a los ataques ucranianos en el interior de Rusia podría desencadenar una respuesta militar.
Durante una conversación telefónica con el presidente Donald Trump el 19 de mayo, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que Moscú y Kiev trabajarían en la redacción de un memorándum sobre un posible acuerdo de paz, unas declaraciones que provocaron nuevas críticas por parte de Ucrania y de funcionarios europeos, que acusaron a Rusia de dar largas al asunto y de carecer de interés genuino en poner fin a la guerra.
Rusia ha negado las acusaciones y sostiene que no pretende retrasar el proceso de paz.
«El borrador ruso del memorándum aún no se ha presentado», declaró Peskov a los periodistas el 26 de mayo. «El trabajo continúa. Se trata de un borrador serio, el borrador de un documento serio que requiere una revisión y una preparación minuciosas».
Zelenski declaró el 28 de mayo que él y Merz también habían hablado sobre los esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra y agradeció a Alemania su apoyo a la petición de Ucrania de un alto el fuego incondicional. También instó a Rusia a ultimar el memorándum prometido.
«El mundo lleva más de una semana esperando a que Rusia ultime su llamado 'memorándum', lo que necesitan para dejar de matar gente», escribió en las redes sociales.
El teniente general retirado Keith Kellogg, enviado especial de Trump para Ucrania y Rusia, que ha estado ayudando en los esfuerzos de mediación, presionó a Rusia en una publicación del 27 de mayo para que completara el memorándum, y añadió que Trump quiere «detener esta guerra y poner fin a la matanza».
«Cese el fuego ahora», escribió Kellogg.
Reuters contribuyó a este informe.
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